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ESTADOS UNIDOS.-Colocar a los pacientes graves de COVID-19 boca abajo es de gran ayuda para que el oxígeno llegue a sus pulmones, salvándoles la vida, es lo que están aplicando los médicos que hacen frente a la pandemia atendiendo enfermos.
Tal fue el testimonio de la doctora Mangala Narasimhan, directora regional de la Unidad Cuidados Intensivos (UCI) de Northwell Health, una compañía que posee 23 clínicas en Nueva York, Estados Unidos.
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El pasado viernes, ella recibió una llamada urgente de parte de un compañero, quien le pedía que fuerea a la UCI del Hospital Judío de Long Island para auxiliar al paciente, un hombre de aproximadamente 40 años con COVID-19 conectado a un respirador.
Antes de trasladarse al lugar, Narasimhan le pidió al médico que intentara volteando boca abajo al paciente. La simple acción resulto bastante eficaz.
En ese momento, el flujo de oxígeno en la sangre del paciente aumentó del 85 % al 98 %, lo que ayudó a salvarle la vida.
Al parecer, colocar a los pacientes de coronavirus intubados en el llamado posicionamiento propenso, propicia un aumento en la cantidad de oxígeno que llega a los pulmones, lo que es de gran ayuda en la lucha contra el virus.
La causa de muerte más frecuente en los pacientes con COVID-19 es el Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (ARDS, por sus siglas en inglés), el mismo que se presenta en los pacientes con influenza, neumonía y otras enfermedades respiratorias graves.
Es algo tan simple de hacer, y hemos visto una mejora notable. Podemos verlo en cada paciente», asegura la dra. Narasimhan.
Los pacientes mejoran mucho la oxigenación con esta maniobra terapéutica», explica por su parte el doctor Antoni Torres del Hospital Clínic de Barcelona, España.
En 2003, un grupo de médicos franceses publicó un artículo en el New England Journal of Medicine, donde mostraban las ventajas de colocar boca abajo a los pacientes con ARDS que usaban respiradores
Desde entonces, médicos de varios países han recurrido esta medida, que está siendo de gran utilidad durante esta pandemia. En algunas clínicas, la acción también se aplica en pacientes con coronavirus que no están en situación de gravedad, aunque el estudio no ha confirmado que también funcione en ellos.
Los pacientes con COVID-19 intubados suelen permanecer alrededor de 16 horas al día acostados boca abajo.
Al ponerlos boca abajo estamos abriendo partes del pulmón que antes no estaban abiertas», explica Kathryn Hibbert, directora de la UCI del Hospital General de Massachusetts (EU).
CON INFORMACIÓN DE EL PERIÓDICO EL DEBATE
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