Militares incriminan a civiles
Nuevo Laredo, Tamaulipas. — Dos jóvenes fueron baleados por militares durante una persecución a presuntos infractores. Su camión recibió decenas de disparos, uno resultó herido y estuvieron en riesgo al traer un tanque con gas para aires acondicionados, que pudo haber explotado.
El personal de la Secretaría de la Defensa Nacional además les robó teléfonos celulares, herramienta, alteró la escena de los hechos y robo evidencia.
Los dos jóvenes son trabajadores de la empresa Rheem y se dedican a la reparación de aires acondicionados. Iban en una camioneta que recibió decenas de disparos de militares y después de demostrar ser ajenos a cualquier hecho delictivo, los dejaron en libertad.
Ruiz Elhi público en redes sociales lo sucedido, después que personal militar filtrara fotografías y se señalara que su camioneta era de presuntos infractores.
“quiero hacer público esta publicación, ayer –el pasado lunes- los soldados nos balacearon a quemarropa, si no fuera por la bendición de Dios ahorita no estaría publicando esto, solo quiero que sepan que la troca marcada no tiene nada que ver, hasta traíamos el gas de los climas que si una bala la hubiera agujereado estuviéramos irreconocibles y todavía de que casi nos matan nos roban los celulares, mi papá fue pedir la herramienta para poder trabajar y tampoco quisieron regresar” fue lo publicado por el afectado.
Narró que los soldados les tiraron a quemarropa, “y si no fue porque me baje a gritarle que nosotros nada que ver, nos hubiera seguido disparando”.
Los trabajadores fueron obligados a tirarse al suelo y después de confirmar que ambos eran trabajadores de Rheem, les dijeron que fueron para la pizza, no sin antes robarles sus teléfonos celulares y herramientas.
El accionar armas de grueso calibre en medio de la población civil, contraviene al Manual de Uso de Fuerza, además de la disposición del presidente Andrés Manuel López Obrador de no disparar cuando hay riesgo de afectar a la ciudadanía.
En los mismos hechos, dos civiles, un hombre de 50 años y una niña de 7 años, fueron heridos por personal militar que supuestamente participaba en un enfrentamiento a balazos.
Daniel Mayo, de 50 años y la niña Guadalupe Zapata, de 7 años, fueron heridos por los disparos realizados por los militares, que poniendo en riesgo a decenas de civiles, accionaron sus armas en medio de una zona densamente poblada y a un costado de una gasolinera en el poniente de Nuevo Laredo.
Los dos heridos viajaban en un camión urbano de la ruta Ribereña y al ir pasando por el crucero de Eva Sámano y Revolución, fueron baleados por los militares que supuestamente repelían una agresión.
“De repente empezaron a escucharse balazos y el camión recibió disparos. Un señor que iba sentado recibió un disparo en un brazo, varios pasajeros protegieron a mi hija, pero una esquirla la hirió en el glúteo y parte baja de la espalda” dijo Belén, de 42 años, madre de la pequeña Guadalupe.
Paramédicos voluntarios ayudaron a los dos heridos y los trasladaron, la niña al Hospital General y Daniel al Hospital de La Bandera. El hombre presenta una herida de bala con fractura expuesta en el brazo derecho.
CONTEXTO
MANUAL DEL USO DE LA FUERZA, DE APLICACIÓN COMÚN A LAS TRES FUERZAS ARMADAS
El presente manual se compone de cinco capítulos en los que se desarrollan los aspectos de las directivas que por su naturaleza deben abordar mayor detalle; así el contenido es el siguiente: Capítulo I, denominado: concepto y principios sobre el uso de la fuerza; mismo que en síntesis hace una descripción elemental sobre los conceptos que constituyen “el uso de la fuerza” y proporcionan una guía asequible para el lector sobre el alcance de la directiva.
El capítulo II, relativo a las circunstancias en que es procedente el uso de la fuerza y el tipo de armas y mecanismos, hace una descripción enunciativa y no limitativa del mandato de las directivas en las que el personal de las fuerzas armadas, puede hacer uso de la fuerza.
El capítulo III, recoge una de las preocupaciones fundamentales de los institutos armados, que es proteger a la población ajena a las acciones de apoyo a las autoridades civiles responsables de la seguridad pública, por lo que se enfatiza el adiestramiento al personal y se enuncian situaciones que son excesos de la autoridad al momento de aplicar la fuerza.
El capítulo IV, establece uno de los deberes fundamentales de la autoridad para con la población, su identificación como tal, a efecto de generar confianza en que, es precisamente la institución armada la que despliega alguna actividad determinada; de igual forma, se privilegia la disuasión y persuasión como los mecanismos de actuación en las actividades de apoyo a las autoridades civiles.
Finalmente el capítulo V, pretende hacer conciencia en el personal que el uso de la fuerza es una de las actividades más delicadas del ejercicio de la autoridad y que existen obligaciones ineludibles que no pueden dejar de cumplirse; ya que en caso contrario generan responsabilidad penal o administrativa en lo individual; o bien incluso para el estado mexicano en el ámbito internacional.