Agentes de la Guardia Estatal golpean y roban a mujer embarazada
Jenifer Abigail Zúñiga Villa, quien está embarazada, fue brutalmente golpeada y amenazada por elementos de la Guardia Estatal. Bajo las órdenes del coordinador Luis Ángel Peñaflor Camey, los agentes no solo la agredieron físicamente, sino que la humillaron, la despojaron de su dinero y atentaron contra su dignidad, en un acto que revela el profundo desprecio por los derechos humanos y la vida de las mujeres.
Nuevo Laredo, Tamaulipas, 22 de abril de 2025 .— Jenifer Abigail Zúñiga Villa, de 31 años y embarazada, fue brutalmente golpeada por cuatro elementos de la Guardia Estatal cuando se dirigía a su trabajo en la colonia Los Azteca. La agresión, ocurrida entre las 7:30 y 8:00 de la mañana del lunes, incluyó insultos, amenazas de violación y golpes con armas de fuego. “Les gritaba que estaba embarazada… y no les importó”, relató la víctima.
Los agentes, quienes operan bajo el mando del coordinador Luis Ángel Peñaflor Camey, alias El Camey, la interceptaron sin motivo, en las calles Laguna del Carmen y Laguna Inferior, y la acusaron sin pruebas de tener vínculos con la delincuencia. A pesar de que Jenifer explicó que solo iba a su trabajo como empleada doméstica, fue agredida, robada y amenazada de muerte si volvía a ser vista en la calle.
Jenifer denunció que los policías le causaron múltiples heridas: “Me pegaron con la cacha en la cabeza y en la boca, me trataron de arrancar una uña del pie izquierdo, me patearon en las piernas y espalda. Me robaron 200 pesos, lo único que llevaba para mis hijos”. La mujer acudió al Hospital General un día después, tras pasar la noche con dolor en su casa por miedo a salir.
Este caso no es aislado. Bajo el mando de El Camey, la Guardia Estatal en Nuevo Laredo ha acumulado denuncias por abuso de poder, tortura y violencia, incluyendo el caso de una jovencita contra quien chocar. Sin embargo, pocas veces se investigan. La impunidad se ha convertido en una constante, mientras los abusos siguen creciendo a la sombra del silencio institucional.
A pesar del temor, Jenifer anunció que presentará una denuncia ante el Ministerio Público. “Temo por mi vida, me dijeron que me iban a matar si me volvían a ver. Pero no me voy a quedar callada. Lo que me hicieron no tiene perdón”, declaró. Su valentía contrasta con la indiferencia de las autoridades encargadas de protegerla.
La responsabilidad directa de Luis Ángel Peñaflor Camey en los actos de sus subordinados no puede ser ignorada. Como coordinador de la Guardia Estatal, El Camey debe rendir cuentas por el uso sistemático de la violencia contra civiles. Hoy fue Jenifer, pero mañana puede ser cualquier otra mujer. En Tamaulipas, la seguridad no puede seguir siendo sinónimo de terror.