Culiacán se convirtió en una ciudad fantasma; calles lucieron desoladas
El terror se ha apoderado de Culiacán, Sinaloa, ciudad que ayer jueves vio la detención de Ovidio “N”, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán y uno de los 15 objetivos prioritarios de Estados Unidos.
La ola violenta comenzó desde muy temprano, pues todavía no se asomaba el sol cuando en las calles ya se escuchaban los disparos de arma de fuego.
Conscientes de la peligrosidad, las autoridades de Sinaloa notificaron a la población sobre la suspensión de actividades y exhortaron a los ciudadanos a mantenerse resguardados en sus casas y no exponerse al peligro que había no solo en Culiacán, sino en municipios aledaños.
Muchas personas entendieron el aviso y se limitaron a no salir, lo que provocó que algunas calles lucieran desoladas.
Lo que generalmente eran zonas de tránsito, de un día a otro pasaron a ser áreas abandonadas, lo que dio como resultado que Culiacán se convirtiera en una auténtica ciudad fantasma.