Miles de neolaredenses veneran a la
Virgen de Guadalupe en su día
Este día se cumplen 491 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego en el cerro del Tepeyac y en todo México las muestras de amor y agradecimiento a nuestra morenita se hicieron presentes.
Monseñor Enrique Sánchez Martínez, Obispo de la Diócesis de Nuevo Laredo, concelebró la misa de gallo en el Santuario de Guadalupe en esta ciudad, que lució pletórico con la asistencia de miles de personas que desde temprana hora se dieron cita para escuchar la Eucaristía.
“El Papa Juan Pablo II dice: desde los orígenes de su advocación de Guadalupe, María constituyo el gran signo del rostro maternal y misericordioso, de la cercanía del Padre y de Cristo con quienes ella nos invita a estar en comunión, María nos conduce a ellos porque es el gran signo para nosotros”, señaló Monseñor Enrique Sánchez como parte de su homilía.
Luego de recordar las narraciones de las apariciones de la virgen a San Juan Diego en el año de 1531, destacó que hace algunos años los Obispos de México se comprometieron a seguir construyendo ese templo de María, al que llamaron casita sagrada; y no solo en los templos materiales donde podamos encontrarnos con María, sino en la iglesia que formamos todos los católicos.
“Ese sentido de pertenencia a la Iglesia es el elemento común que nos da identidad como pueblo mexicano y María ha iniciado en nosotros esa unidad y esa identidad, somos sus hijos y nos reunimos en su casa; sigamos construyendo su casa, sus templos, sus santuarios pero también sigamos construyendo nuestra persona, nuestra dignidad y el respeto por los demás y sobre todo la atención a los enfermos, los pobres y los necesitados”, puntualizó.
Monseñor aseguró que las diferencias de raza y de pensamiento entre los humanos se pueden superar, pues María conjunto una nueva raza que en esos tiempos apenas empezaba a asentarse en México y esa mezcla dio lugar a un nuevo pueblo.
Al término de la Santa Misa los mariachis entonaron melodías del dominio público como la tradicional “Guadalupana” que todos los presenten entonaron a una sola voz, para ensalzar y venerar un año más a la Morenita del Tepeyac en el santuario erigido en esta frontera.