MILITARES IMPRUDETES CAUSAN OTRO ACCIDENTE VEHICULAR
Por segundo día consecutivo los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) ocasionaran un accidente vehicular entre un coche de modelo Chevrolet Malibu 2003 y un transporte de carga en las calles del poniente de la ciudad.
La imprudencia al conducir en exceso de velocidad por parte del militar provocó este accidente en la Carretera Anáhuac en el que orilló al conductor del automóvil a sacarle la vuelta e incorporarse al Segundo Anillo Periférico y como consecuencia terminó impactándose de frente contra un tráiler.
En el vehículo que evitó chocar contra los elementos de la SEDENA viajaban José Juan Soto de 21 años y Daniela Soto de 30 años que resultaron con heridas en brazos, cabeza, cuello, y piernas.
“Por no pegarle a los soldados que se atravesaron, mi hijo se fue contra el tráiler, siempre es lo mismo, se pasan, nunca ponen torretas y se van. “Comentó el Sr. José, padre del joven lesionado.
A pesar de que el percance fue provocado por los elementos castrenses estos siguieron su rumbo sin detenerse a comprobar el estado de salud en el que se encontraban las personas afectadas por el accidente que ellos provocaron por conducir a exceso de velocidad.
De acuerdo con las declaraciones de las víctimas, ellos se dirigían de poniente a oriente por la carretera Anáhuac conduciendo con el límite de velocidad establecido pero perdieron el control al evitar estrellarse contra los elementos castrenses que salieron sin precaución de los carriles sur a norte.
“Vieron que pegaron, voltearon y se fueron como si nada”, comentó uno de los testigos que además añadió que sin preocupación alguna los militares continuaron su camino dirigiéndose a la colonia El Campanario.
Después de un tiempo llegaron al lugar elementos de la SEDENA ajenos al accidente pero evitaron hacerse responsables de los daños materiales y solo recaudaron información.
En los últimos meses el personal castrense ha sido el protagonista de choques en donde resultan lesionadas familias completas donde los dejan a su suerte y no se detienen a revisar el estado de salud, además de que también evitan hacerse responsables de los daños materiales.