Aún no termina la tercera ola… y viene la cuarta
En Tamaulipas, México y el mundo, el virus del SAR-CoV 2, causante del Coronavirus o COVID-19, llegó para quedarse, la inmunidad de rebaño que se logrará cuando inicie la vacunación en niños de 5 a 11 años, permitirá un mayor control y a partir del próximo invierno podrá verse como una enfermedad estacional al igual que hoy se ve la influenza.
José Alfredo Rodríguez Trujillo, Epidemiólogo y especialista en Salud Pública, dijo en entrevista que las variantes detectadas en Tamaulipas son prácticamente las mismas que han circulado en el reto del país, aunque las primeras fueron más letales.
RECUENTO DE DAÑOS
Con tres oleadas de la pandemia, en donde Tamaulipas incluso no supera una, cuando ya está enfrentando otra, como ocurrió con la variante Delta hace unos meses, hoy deben vigilar la incidencia y mantener la alerta con los ciudadanos.
Al realizar un análisis de los casos semanales en cada una de las oleadas que se tienen notificadas dentro del seguimiento epidemiológico federal, en la primera ola fueron hasta 2403 con la primera variante.
En la segunda hasta 1803 ya con tres variantes identificadas, y en la tercera más de 1,448 casos semanales con variantes cuatro variantes y con marcadas diferencias en las defunciones y en los grupos de edad afectados.
En relación a los decesos, en la primera oleada estos llegaron a 1173, en la segunda a 615, y en la tercera 253, lo que habla de los impactos positivos de la vacunación y la disminución de afectación en población más joven.
LAS VARIANTES EN TAMAULIPAS
Rodríguez Trujillo, señala que en cuestión de variantes siguen activas las mismas, la última que se identificó en el país y en Tamaulipas fue la conocida como Mu, antes a esa y fue la Delta.
“La Delta fue la que nos generó el mayor incremento de casos en todo lo que va de la pandemia a nivel nacional y a nivel estatal”, aunque no fue la más letal como las primeras que fueron la Alfa, Beta y Gama.
La variante Mu es una cepa ya establecida como de preocupación para la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero no tiene alta patogenicidad, no es tan virulenta y no es tan contagiosa. “Hasta ahorita las variantes más letales, las que más han generado mortalidad a nivel global inclusive en México son las primeras que se identificaron, la Alfa, la Beta y la Gama”.
Con esas variantes en la primera oleada y la segunda oleada, fue cuando se tuvo un alto índice de mortalidad, generaron mayores complicaciones, mayor número de pacientes, mayor índice de pacientes que requirieron ventilador y el mayor número de defunciones.
FACTORES QUE SON CAUSA DE MUERTE
Son diversos los factores que predisponen a que se agrave un paciente además de las comorbilidades, dijo, la diabetes, hipertensión, insuficiencia renal y otros; son factores que de manera general propician un mayor riesgo para que la población se pueda complicar y puedan morir. Sin embargo desde su punto de vista y otro factor que es determinante en cuanto a que un paciente pueda tener una buena evolución o se pueda complicar.
En ese sentido explicó que al paciente cuando se le hace un diagnóstico de COVID, “No se le explica cuáles son los signos de alarma que tiene que estar vigilando, eso genera que el paciente pueda tener dificultad respiratoria y al no saber que es un síntoma de alarma, cree que es algo normal y eso hace que los pacientes lamentablemente se queden en su casa”. Además otro de los factores de riesgo de muerte o gravedad, que no está asociado a ninguna comorbilidad es la oportunidad con la que el paciente demanda la atención médica u hospitalaria, eso ha sido fundamental.
Otra de las situación para una alta mortalidad, “hay que decirlo, estamos enfrentando una enfermedad que no conocíamos y que no teníamos claro cuál sería el efecto negativo o las alteraciones que generaba en el organismo”.
A casi dos años de la pandemia se sabe que es un una enfermedad que genera un problema inflamatorio sistémico, y bajo esa situación; al tratarse de un proceso agudo mediado por varias situaciones dentro del organismo a veces es difícil revertirlo. Sumando a las anteriores la capacidad de respuesta del Sistema de Salud, porque aunque las epidemias no se pueden pronosticar, la falta de equipo suficiente hace crisis. Consideró que en una enfermedad de este tipo, no sólo depende de una cosa para su impacto, son muchos factores, van desde los factores del virus, los factores de la persona, los factores de las capacidades de los sistemas de salud y la demanda de la atención médica oportuna del paciente.
LAS VACUNAS TODAS SON BUENAS
Aunque tienen diverso nivel de protección, todas las vacunas que se han aplicado en el país son buenas, “está comprobado y no hay duda que las vacunas todas sin excepción, algunas con menor nivel de protección como la CanSino sigue generando mecanismos de protección”.
Aunque reconoció ninguna da la protección del 100%, la AstraZeneca, la Moderna y la Pfizer, son las que tienen mayor nivel de protección, generan entre un 92 a 95 % de protección y la CanSino es 65 %.
Estas vacunas pasaron por el proceso requerido, pero son llamadas “vacunas de emergencia” pero no quiere decir que no fueron elaboradas con todos los controles de calidad, de bioseguridad e inocuidad.
Al momento de liberar la OMS esas vacunas, se logra lo que estamos viendo en este momento, que es una desaceleración de la pandemia, que el número de contagios vaya disminuyendo, que la población, si se enferma; al estar vacunado ya no genere riesgo de complicación y el porcentaje de mortalidad disminuye significativamente.
“La reducción de la mortalidad a como venía ya disminuyó más del 70%, a pesar qué cuando llegó la variante Delta el número de casos fue mucho mayor, ya no tuvimos el mismo número de pacientes hospitalizados, tantos pacientes intubados”.
VACUNA SERÁ PERMANENTE
Con base a la experiencia de otras pandemias como la del 2009 con la influenza, la COVID-19 es enfermedad “que se va a quedar, de las vacunas que ya existen, se está considerando revacunar particularmente a la población de mayor riesgo que serían los adultos con comorbilidad, “ponerles una tercera dosis”.
La perspectiva es en el futuro inmediato, es que esta vacuna se pueda considerar dentro del esquema de vacunación, “como es una enfermedad que tiene un comportamiento estacional” -aunque cuando emerge no se respeta la estacionalidad porque toda la población es susceptible-, se sabe que va a tener un comportamiento similar al de la influenza. Misma que se estima en octubre comience a circular el virus con mayor densidad, surgen enfermos y puede generar el mayor número de casos en la temporada de invierno.
LA CUARTA OLA NO TAN FUERTE
En Tamaulipas inicia la temporada con las condiciones ambientales ideales para que los virus respiratorios anden en su medio, la temperatura es un factor que les favorece.
Dentro del esquema de vacunación, las autoridades las aplicarán a los adolescentes que tienen comorbilidad, luego por los adolescentes que no tienen comorbilidad en general de los 12 a los 17 años y seguramente en la política se va a generar la misma estrategia que se ha visto en otros países de primer mundo que están vacunando a población de cinco a 11 años.
“Esperemos que eso efectivamente nos permita tener y alcanzar la inmunidad de rebaño y que efectivamente esto haga que en este invierno ya no tengamos un número tan explosivo de casos”. Desde su punto de vista será a partir de abril de 2022, una vez que pase el invierno cuando la enfermedad comience a tener un comportamiento prácticamente normal.