Guardia Estatal detiene y tortura a dos menores por tratar de comprar cerveza en Nuevo Laredo
En un acto de flagrante abuso de autoridad y violencia, dos menores de edad fueron detenidos de forma arbitraria por elementos de la Guardia Estatal este sábado, cuando salían de una tienda de conveniencia en la colonia Santa Cecilia en Nuevo Laredo.
Los jóvenes, que se dirigían a comprar cerveza, fueron sometidos a vejaciones, insultos, golpes y hasta “sapes” por parte de los agentes bajo el mando de Luis Ángel Peñaflor Camey.
Los hechos ocurrieron cuando Henry, de 16 años, y Enrique, de 15, salían de un Oxxo a bordo de un Chevrolet Malibú 2017. Sin mediar provocación ni portar nada ilegal, fueron interceptados y brutalmente sometidos por los agentes estatales.
A pesar de no haber cometido delito alguno, los dos jovencitos fueron subidos a las patrullas y trasladados al edificio de Seguridad Pública para ser puestos a disposición de un juez calificador por faltas al bando de Buen Gobierno y Policía.
Este incidente se suma a una alarmante lista de denuncias por arbitrariedad que pesan sobre los elementos estatales y su delegado, Luis Ángel Peñaflor Camey.
La prepotencia de la Guardia Estatal escaló incluso al interior de Seguridad Pública, donde los agentes se enfrascaron en una confrontación verbal con elementos de la Guardia Municipal que resguarda el edificio.
Los guardias municipales fueron atosigados, amedrentados y sus rostros fotografiados por los elementos estatales, con fines aún desconocidos.
Familiares de los menores, consternados por la detención y el trato recibido, reportaron de inmediato la situación a los medios de comunicación, buscando justicia y visibilidad para el abuso. Sin embargo, el delegado Peñaflor Camey evadió a la prensa, huyendo de los reporteros que intentaban obtener una declaración.
“Me pusieron las esposas todas apretadas, me torturaban psicológicamente, y me trajeron como media hora paseando por varios lugares, me detuvieron por traer cervezas -cerradas- dentro de mi automóvil”, declaró asustado Henry.
Por su parte, Enrique declaró que a él lo golpearon y al igual que su amigo Henry, le colocaron las esposas muy apretadas al grado que le quedó una marca.
“A mi me golpearon, me dieron unos bajos y a cada rato me iban diciendo que no me moviera, me dio mucho miedo”, dijo.
Sobre Peñaflor Camey pesan múltiples denuncias que incluyen detenciones arbitrarias, torturas y daños por choques de vehículos oficiales en los que se ha negado a pagar.
La impunidad con la que operan estos elementos y la falta de rendición de cuentas del delegado son motivo de creciente preocupación en la comunidad.
La Guardia Estatal, lejos de proteger, parece sembrar el terror y la arbitrariedad en las calles de Nuevo Laredo, han mencionado ciudadanos en repetidas ocasiones.